Imagínate: Tener a un Consejero, Asesor o Coach Personal para platicarle tus preocupaciones, problemas, temores, retos, planes y logros.
Y que no te juzgue, ni te regañe.
Simplemente que te ayude a resolver problemas, clarificando situaciones complejas, utilizando Todo Tu Potencial.
Que siempre te responda de buenas, con un lenguaje positivo y constructivo
(y se acuerde de cada conversación para darte continuidad y consistencia).
Que fuera absolutamente confidencial, disponible las 24 horas de los 365 días del año,
y lo consultes cuando y desde donde tú quieras.
Que lo platicado no se quedara en el aire como un sueño o una preocupación,
sino que se convirtieran en proyectos, en planes de acción, aquí y ahora.
Pero sobre todo que fuera confiable, científico y en constante evolución (junto contigo).